Cada que tomo una decisión importante me descubro poniéndola en duda mil quinientas veces.
Es normal, supongo. Sobre todo cuando la misma involucra algo que querías en tu vida y que no puedes tener no precisamente porque tú lo hayas elegido así.
A veces la decisión tiene que ver con que estás orillada a tomarla. Es un tema de honestidad.
Honestamente, me hubiese encantado que las cosas fuesen distintas. Duele soltar algo en lo que tenías fe. Duele más conservar un recuerdo a medias sólo por miedo a perder.
A veces hay que perder para ganar. Mi coche te va a extrañar.
Todo va a estar bien.
This, too, shall pass.
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