miércoles, 20 de mayo de 2009

Fashionless Cruella

(15 mayo 2008)

Ok... trabajo para un estupendo despacho de arquitectura en el que hacemos un poco (un mucho, actually) de todo, proyectos, interiores... en fin. Desde hace tres meses y medio, estoy de residente de obra de una casa en El Campanario, en Querétaro. Ok, resumen: Es la Casa Maldita poseída por la Hija de Cruella de Ville (por supuesto y obviamente, sin el sentido estético y fashionista de la última). Todo, así, todo lo malo que puede suceder, le pasa a esta casa. Si sumamos una mala residencia de obra por parte de mi antecesor, con una actitud nefasta de parte de los dueños, tenemos, como resultado, una crisis absoluta.

En la obra trabajamos los que estamos por parte del despacho en el que trabajo, y los que están por parte de los dueños. Así, carpintería corre por parte de mi despacho mientras que barnizado es por parte de la familia, dueños de una gran compañía de barnices y pinturas. Hemos pasado por todo, desde problemas con la electricidad hasta inundaciones. Registros de drenaje perdidos, canteras destrozadas en accidentes con torres... La pintura, que supuestamente es estupenda, se cae cada que le ponen encima masking tape. Y para colmo, nos culpan a nosotros, cuando el masking tape lo pusieron los barnizadores y lo retiraron ellos mismos. Ese es el problema, la actitud.

Se han creado dos bandos. Los barnizadores, como parte de un escuadrón de aves de rapiña, se pasean por los pasillos de la enorme casa buscando el mínimo error o situación que les parezca fuera de lugar para hacerlo patente y causa de un gran revuelo. Los barnizadores, electricistas, plomeros y demás, se encuentran en un constante proceso de hastío y desmoralización gracias a los constantes reclamos (gritos despectivos, majaderías...) de los dueños. Verdaderamente agobiante.

Y el verdadero punto negro: los dueños. Se comenta que son los peores clientes que se han tenido. No estarían muy errados quienes lo han mencionado. Son personas déspotas y, ciertamente, de escasísima calidad humana. La hipocresía esta a la órden del día. Te sonríen, te hacen comentarios agradables y, a los diez minutos, mandan mails a México nombrando las 800 cosas que ellos "consideran" que te faltaron. Pero acoto, jamás te lo mencionaron a ti de forma presente, ¿eh? Son horrendos seres humanos, en resumidas cuentas. Y te das cuenta ya que están completamente desquiciados y ella solicita mentarle la madre al dueño del despacho; fina la dama. No me imaginaría, jamás, que ella, que se considera a si misma tan "señora bien", pudiera pertenecer al mismo círculo social que mi madre, que es una auténtica dama.

En fin, al fin a la casa se le ve que terminará en algún punto. Y eso es lo mejor que he escuchado últimamente. Por fin regresar a casa, ver la obra terminada, pero, sobre todo: tener el placer de no volver a toparme con dicha señora NUNCA JAMÁS EN MI HERMOSÍSIMA VIDA.

P.D. Por cierto, si, conocí a su padre que, sobre una motocicleta, es un ser patánico que bien podría haber elegido a Cruella por esposa.

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