miércoles, 20 de mayo de 2009

Miss San Cuetojotzingo el Grande

(14 mayo 2007)

Si, si, supongo que me lo busco y que de alguna forma consciente o inconsciente acabo siempre envuelta en situaciones poco comunes. ¡Ja! Hoy no fue la excepción. Estaba en Cancún, reposando como sopa, cuando nos enteramos de que las chicas "Miss Universe 2007" estaban por ahí dándose "una vueltecita".
"¡Qué frivolidades!" - alcanzó a comentar mi madre antes de cambiar de tema súbitamente a aquello que a ella le parece de mayor trascendencia. No se mencionó más el asunto y regresamos a México sin tener idea de que esa horda de mujeres (ok, ok, lo admito guápísimas) me vendría siguiendo y que nuestro encuentro sería inevitable.
Salí del gimnasio y caminaba con paso firme por entre las calles de Polanco... la Anzures... iba a la Condesa, ya sabes... me la vivo ahí caminando, tomando fotos, creando historias entre edificios vistos po filtro sepia... y entonces, inevitable: fente a mi una masa de machos en celo haciendo una especie de valla...
¿Qué estará pasando? ¿Y a ahora estos qué? Cuando uno ve una acumulación de HOMBRES a tal escala es una de dos: o es un deportista famoso (un equipo de soccer - con suerte no el América -) o... tun tuuuun... son las chicas llamadas más hermosas del planeta (algo muy refutable pues conozco mujeres que las exceden por mucho pero no poseen la ambición exhibicionista). Efectivamente, si elegiste la opción dos, estás en lo correcto.
Sin embargo, en esos momentos, ataviada en mis muy prudentes jeans con vestido de verano y mi muy modesta sudadera Puma, estaba lejos de ponerme a pensar en las posibles causas... cuando camino me dedico, más bien, a contemplar el panorama como una totalidad. Vaya, que me fijo más en las flores de los camellones que en los hombres que, al pasar por su lado mascullan un "mamitaaaaa". En fin... paso distraida entre esa maraña de hombres mirándolos curiosa... hasta que, entonces, volteo a un lado y me doy cuenta que (¡Oh por Dios!) ahora sigo rodeada pero ya no de hombres, sino de mujeres que son diferentes a mi por dos razones jajaja 10 kilos y 10 centímetros. No me dejo minimizar y levanto la cabeza alto alto para que mis orgullosos 160 centímetros de altura reluzcan en mis bailarinas plateadas. Aún un poco confusa comienzo a dar vueltas sobre mi propio eje (si si cual planeta o satélite) y descubro frente a mis ojos una banda enorme perfilando el semblante de una mujer deslumbrante "Venezuela". Anonadada, volteo frenéticamente 180° y leo "Cuba", "San Salvador", "Colombia"...
Estoy rodeada por estas mujeres y ni cuenta me di de cómo acabé entre ellas, que por cierto, en teoría, están rodeadas por una banda tremenda de elementos de seguridad. Me ajusto los lentes obscuros y camino en línea recta. No sé bien cómo o a dónde, pero se que en algún punto las pasaré de largo. Finalmente salgo de entre ellas. Se que pudo haber sido mi momento de gloría, el punto álgido en el cual pude haber brillado. El instante de oro para demostrar cómo he perfeccionado mi saludo de princesa (corto, corto, largo, laaargo), sonreir a las cámaras, robarme un lipstick (sólo uso gloss) y escribir sobre mi ropa "MISS SAN CUETOJOTZINGO EL GRANDE". Pero cedo y camino levantando las cejas y la nariz en actitud desafiante...
"Huh, ni que a mi me importara esto... frivolidades"
Tres o cuatro hombres de la masa me miran fijamente preguntándose alguno si soy una miss poco común (MUY JAJA), algún otro si ya se les estaba escapando una... incluso hubo alguno que gritó "¿A dónde vas, reina?"... Pero yo, con mi pose very cool condechi (jajaja) me erguí como nunca y caminé como si fuera cat walk por todo Leibnitz. Yo soy una reina... y no sólo de belleza (quizás el mantra que hace más llevadera mi experiencia entre esas mujeres que pudieron haberme hecho perder el 20% de mi autoestima). Pero no... vaya. al verlas así, tan normales... sólo se me ocurre pensar que cada una tiene lo suyo (jajaja).

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