miércoles, 20 de mayo de 2009

Tú MUDO/ Yo, ENMUDECIDA

(9 agosto 2007)

A pesar de que aún sentía las vibraciones retumbando en el oído, me aproximé despacio hacia tu cuerpo tendido:
- ¿Me repites lo que acabas de decir?
- Hmmm... no
- Vamos, [INSERTE NOMBRE AQUI], dime, por favor... ¿Qué dijiste?
Te diste la vuelta y halaste mi brazo con cuidado una vez más dirigiéndote a mi con un murmullo que se sentía como un quejido quedo: "Ven, no te vayas, por favor... abrázame". Acaricié tus labios [esos mismos que he probado con mariposas aleteando en mi pancita] preguntándome si eso que tenía la impresión de haber escuchado jamás se había escapado de los mismos. Si no habría sido, pues, sólo mi ansiosa imaginación. Quizás, cavilaba en mi ensimismamiento, hubieran sido mis deseos de que lo dijeras... Pero entonces...
Un miedo frío recorrió mi columna vertebral mientras me preguntaba si, en una de esas, era yo la que lo había dicho, pero, como tú no habías contestado, mi mente magistralmente había cambiado la realidad haciéndome pensar que el que lo había dicho sin una respuesta del otro habías sido tú. Quizás era la única forma que encontraba mi cabeza para tolerar el haber cometido la imprudencia de decir en voz alta eso que sentía a gritos en mi interior desde que me senté junto a tu mareada figura en ese mobiliario aéreo.
¿Se lo dije, realmente? ¡Por Dios! Los engranes mentales moviéndose prestos y lo párpados cerrados escondiendo las pupilas que, completamente desorbitadas, sintieron verguenza de mirarte después de sendo atrevimiento. La frente fruncida pensando en la mejor forma de arreglarlo todo en apenas unos pocos segundos... ¿Qué hacer? ¿Qué hacer?
Ya sé, pensé para mi misma, y... ¿si agrego algo al comentario esperando que la frase se componga? No sé, qué se yo... hmmm... le podría decir:
"[FRASE]... tomar la temperatura, ya sabes para saber si estás bien..."
O quizás:
"[FRASE]... preguntar si crees que me puedas dejar en casa en cerca de media hora porque mañana salgo a Malinalco temprano por la mañana"
Preferentemente algo como:
"[FRASE]... decir que ha sido una noche estupenda..."
Pero no... no caerías en eso. Un maestro de las letras, aún en estado dudoso, entendería que esos complementos serían sólo patéticas patadas de ahogado. Pero, de pronto... Hmmm... punto dos... si alteré una realidad, es posible que esté alterando otra y la que esté recostada, pie haciendo tierra y mundo girando alrededor, sea yo. ¡Y entonces la brillante solución! A falta de respuesta de tu parte a aquello que te hube confesado, ocupemos esa justificación que no uso pero que, en emergencias, podría tener algún sentido: "Oops, estaba en estado inconveniente, no recuerdo nada de lo que dije...". ¡Ay no! ¡Qué ridículo! Jamás en mi vida me he justificado con esa excusa absurda de las lagunas mentales y no voy a empezar ahora. ¡Ah, ya sé! Voy a completar la frase como:
-[FRASE]... mamá.
Y mientras lo digo, moveré la cabeza de un lado a otro fingiendo que algo me ha caído perfectamente mal y que me encuentro en un estado de semiconsciencia aletargada...
Abrí los ojos. Tengo una mente activa pero aún no desarrollo mis poderes como modificadora de la realidad. Seguías acostado con los ojitos cerrados y mis deditos curioseando entre los pliegues de tu cuello en reposo. Te di un rápido pero enfático beso en la frente. Pensé que pensaba demasiado y que lo mejor sería dejarte descansar. Voltee la cabeza decidiendo dejar de lado el suceso y pensando que si, tal vez no lo habías dicho, pero yo había querido escucharlo. Hice el ademán de levantarme y tomaste mi mano fuerte: "No te vayas, quédate conmigo, ¿si? Anda... ven...". Te encorvabas sobre ti mismo y separabas los brazos insinuando entre ellos una cavidad en la que mi cuerpo embonaría perfectamente. Me deslicé hacia ti hasta que te tuve muy cerca. Sentía tu respiración agitada al lado de la oreja izquierda... Apenas un susurro...
"Te quiero..."
Si, si lo habías dicho.
"Y yo te quiero a ti, [INSERTE NOMBRE AQUÍ], y yo te quiero a ti..."

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